No soy nadie para hablar de la enseñanza del Yoga pero desde que empecé a dar clases en 2016 he pasado por proyectos, ideas y procesos diferentes.
Es un trabajo maravilloso. Ves que ayudas a que los alumnos cambien su vida positivamente. Te lo agradecen desde lo más profundo. A veces llegan tristes, negativos o ansiosos y salen sonrientes y relajados. Pero es que yo también llego a veces negativo o ansioso y salgo sonriente y relajado. Concentrarme en dar la clase ayuda, pero la sincera sonrisa de los alumnos me llena de alegría y ánimo mi día a día. Todo lo que creen que hago yo por ellos, lo están haciendo ellos por mí.
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