Recordando cuando este jugador era tan joven y entró en el Yoga. Ningún amigo, ningún familiar practicaba ni me lo mencionó jamás.
Algo en mi interior me lo ordenó y me aseguró que encontraría respuestas, y las encontré, las recordé. No tenía creencias y nunca vi a un dios que no fuera Yo.
No quise que me contaran, sino investigar por mí mismo esta realidad. No quiero escuelas, quiero la verdad. Más que crear mi propia escuela, quiero ser el primer jugador en descifrar este universo y ver en qué parte del mapa metafísico reside esta existencia. Voy a pasarme este juego, es mi deber y destino.
Puedo salir del tiempo, me esfuerzo en mantenerme real para no generar nuevas deudas.
Solo pero confiado, sin referentes externos y perdido entre lo más macabro e irracional de mi barrio. Estaba pletórico y sé que para algunos mi presencia pudo traerles esperanza, otra forma de ver la realidad. Traigo espiritualidad desde las calles para las calles.
Apuesto a que no te esperas que vaya a ser el pensador del siglo. Siempre estuve subestimado pero mis verdaderos compañeros no se sorprenderán cuando lo logre.
Estas son mis confesiones. Brilla o muere, lealtad a mí mismo es la única regla inflexible. Líderes independientes, no seguidores. Todo el que te diga lo que debes hacer está desviándote de tu camino Real, aunque no fuera esa su intención. Lealtad eterna al observador que ha sido consciente de todos los pensamientos, emociones y sensaciones desde el día uno, solamente su voluntad son órdenes para mí, pues él soy Yo.